sábado, agosto 06, 2005
Alboadicto?
No tengo recuerdos en mi frágil memoria del momento preciso en que nació mi adhesión por el gran equipo de fútbol que viste camiseta blanca y pantalón negro, seguramente debe ser porque ocurrió en el momento mismo de la concepción, antes de siquiera de tener memoria. El responsable de esta maravillosa ocurrencia debe ser mi padre, quien queriendo o no, de seguro me traspasó ese gen albo que difícilmente algún científico logre un día descifrar, haciéndome heredero de uno de sus tesoros más preciados el cual es imposible valorar en alguna equivalencia material.
Es muy difícil poder expresar en palabras el sentimiento y pasión que despierta en su hinchada el Eterno Campeón, sólo tengo claro que los ideales de ir siempre adelante de forma aguerrida y con coraje aunque las condiciones sean adversas es lo que se le agradece y exige. Quizás esta sea la razón por la cual es tan popular, ya que refleja de buena forma el esfuerzo y trabajo de la gente humilde con la cual se le identifica. La alegría que entrega el Cacique a su hinchada cada vez que gana está muy bien reflejada en la frase “el té es más dulce y la marraqueta más grande” dicha por el “Zorro” Alamos, la cual si bien puede sonar repetida, no por ello pierde vigencia.
Yo tengo recuerdos imborrables de tardes de domingo disfrutando de la compañía de mi padre junto a una vieja radio escuchando la voz desgarrada del locutor relatando los partidos del Cacique. No era un momento de tertulia ya que los nervios no lo permitían, sino un momento de complicidad donde compartíamos infinitas emociones, las cuales se resumían al final en la alegría de un triunfo la mayoría de las veces y la rabia de la derrota las menos. Gracias a Dios mi padre pudo partir con la satisfacción de presenciar la gloriosa noche del 5 de Junio de 1991 lo cual sólo puede ser entendido por un hincha de corazón, es como si hubiera esperado el momento justo al ver cumplido uno de sus sueños más anhelados. Y como buen colocolino no partió cualquier día, sino que primero se dio el gusto de esperar un gratificante triunfo ante la U un día 13 de Octubre de 1991, el último partido que pudimos compartir y celebrar juntos.
También tengo muy marcado en mi mente aquella primera vez que junto y gracias a mi hermano Sergio tuve la dicha de ver al cacique en vivo y en directo, fue en el Estadio Sausalito de Viña de Mar. Me acuderdo que al ingresar al estadio cerca de la hora de inicio del partido quedé impresionado al ver el inmenso enjambre humano, un estadio teñido de banderas blancas, en el cual se podía apreciar una que otra mancha de color azul-amarillo.
Escribir sobre Colo Colo de seguro me puede significar muchas horas y este es sólo el comienzo. Ya vendrán nuevas páginas donde pueda relatar sobre este amor incomprendido para muchos, que por suerte he visto florecer en la savia nueva de mi familia.
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2 comentarios:
Comparto tu pasión...!!
De forma indiscutida...es lamentable sí que se haya perdido un pokito esa garra india de aquellos años....
saludos...bueno el log
la hichada + grande la garra blanca linares matando a madres cxlias adicto al albo blapo las rosas 7ma ... agxante caciqxe
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